LA
GUERRA DEL CENEPA
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a Guerra del Cenepa o Guerra de Tiwinza fue un conflicto bélico localizado dentro de la zona
en reclamación, que enfrentó a las fuerzas armadas del Perú y Ecuador durante
los meses de enero y febrero de 1995; nunca hubo declaración formal de
guerra entre ambos países, ni llegó a generalizarse por toda la frontera común.
Las operaciones militares se sucedieron en territorio que hasta ese entonces se
hallaba no delimitado, correspondiente a la cuenca del Río Cenepa, que es una
zona de selva alta de complicado acceso, donde los factores climáticos y
logísticos dificultaron los desplazamientos militares.
El conflicto se resolvió con el
apoyo de Argentina, Chile, Brasil y EE. UU. (países
garantes del Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro del 29 de enero de 1942), y bajo su tutela se pudo
terminar el proceso de demarcación, fijando la frontera entre los tramos
pendientes comprendidos entre los hitos Cunhime Sur y 20 de Noviembre, y
Cusumaza–Bumbuiza y Yaupi–Santiago.2 Dentro de
los lineamientos establecidos por el Protocolo de Río de Janeiro, bajo el fallo
arbitral de Braz Días de Aguiar.
En el Acta de Brasilia,
tanto Perú como Ecuador, aceptaron la
fijación de la frontera pendiente, un tramo de 78 kilómetros, de acuerdo a un
dictamen de los Garantes del Protocolo de Rio de Janeiro. Mismo que fue aceptado
previamente, y ratificado luego, por los congresos de ambos países.
Antecedentes
La reclamación por parte de
Ecuador de un acceso con soberanía a la
cuenca del Amazonas se remonta
a 1827, cuando Simón
Bolívar, gobernante de la Gran Colombia, de la que
Ecuador formó parte hasta 1830, reclamó como territorios que le
correspondían a su país los de Tumbes, Jaén (Cajamarca) y Maynas (entendiéndose por Maynas el
territorio conformado por los actuales departamentos
peruanos de Loreto y Amazonas).
La Gran Colombia reclamaba
esa comarca como compensación por las deudas de la campaña emancipadora y por los
"reemplazos" (el costo de reponer con nuevos efectivos las bajas
sufridas en las tropas de apoyo a la guerra
independentista peruana).
En respuesta, el 17 de mayo de 1828, el Congreso de la República del Perú rechazó
tales pretensiones por considerar que dejaban de lado el principio del Uti possidetis que implicaba tomar como
punto de partida el territorio tradicionalmente ocupado por cada país al
año 1810. En
consecuencia, autorizó al presidente José de La Mar a tomar
las medidas militares del caso.
En virtud de ello, tropas peruanas invadieron la ciudad de Guayaquil, pero fueron
rechazadas por las tropas al mando del general Antonio
José de Sucre.
Ese enfrentamiento no terminó con
la batalla (o combate) de Tarqui (o Portete de Tarqui), puesto que
las fuerzas peruanas ocupaban todavia Guayaquil, sino con el levantamiento de
Lima, que permitió la caída del presidente y la firma el Tratado Larrea-Gual de 22 de septiembre. Este tratado,
también conocido como Tratado de Guayaquil estableció que el
límite entre la Gran Colombia y el Perú sería el mismo que existió entre los virreinatos
de Nueva Granada y el del Perú, descartando de
forma meridiana cualquier discusión sobre presuntos derechos al sur de la línea
de frontera determinada por el río Zarumilla.
Cuando se constituye el
Estado ecuatoriano, se
suscribieron diversos acuerdos y tratados con la finalidad de trazar la
frontera entre ambos países, sobre todo en la parte amazónica. Ecuador señaló
la existencia del Protocolo Pedemonte-Mosquera que, firmado
en 1830, fue una
continuación del Tratado Larrea-Gual. Perú cuestionó la validez de ese tratado,
llegando a afirmar que nunca se firmó, debido a que jamás se encontró el
documento original.
Durante 1859 y 1860, ambos países libraron una guerra
sobre un territorio cercano al río Amazonas. Ecuador ingresó a
una guerra
civil que impidió las relaciones diplomáticas con el resto de Hispanoamérica, incluyendo
al Presidente
del Perú Ramón
Castilla, ya que no existía un gobierno reconocido en Ecuador con el cual
tratar. Igualmente, entre 1879 y 1883 el Perú participó en la Guerra del
Pacífico contra Chile y no pudo
atender otros asuntos diplomáticos.
En 1887, un tratado suscrito por ambas
naciones estableció que el Rey de España actuaría
como árbitro. Se pensó que ese Tratado, denominado Herrera-García, resolvería
permanentemente el conflicto. El Congreso de la República del Perú señaló que
ratificaría el tratado sólo después de que se introdujeran algunas modificaciones,
por cuanto lo consideraba poco favorable para su país. Ante ello, Ecuador se retiró
del proceso en protesta por las modificaciones peruanas, y el Rey se abstuvo de
proponer una decisión.
En el siglo XX Ecuador se
enfrentó nuevamente a Perú. Se dieron
nuevos incidentes limítrofes. El más importante de esos conflictos fue el que
se dio en el año de 1910. En 1922 hubo otra disputa referida a
la firma del Tratado
Salomón Lozano entre Perú y Colombia, que resultó
favorable a esta última nación. Este tratado causó malestar tanto en Perú
(donde se señala que el presidenteAugusto B.
Leguía lo suscribió bajo presión de los Estados Unidos), como en
Ecuador, que se veía, de esa forma, limitando con Perú por el este.
En 1936, tras largos años de incidentes y
negociaciones, se fijó una "línea de Status Quo", en
calidad de frontera provisional mutuamente reconocida, tomando como base los
territorios que de factoposeía cada país. Dentro de dicha línea
provisional, en la zona correspondiente al actual departamento peruano de
Amazonas, se fijaba, como frontera natural, la Cordillera
del Cóndor.
Status-Quo fronterizo en 1936, previo a la guerra de 1941
El 11 de enero de 1941, alegando que los ecuatorianos
habían realizado incursiones e incluso ocupado territorio peruano en la provincia
de Zarumilla, el presidente
del Perú, Manuel
Prado Ugarteche, ordenó la formación del Agrupamiento Norte, una unidad
militar a cargo del Teatro de operaciones del Norte.
La posición peruana alegó en 1941 que Ecuador desconoció
esa línea provisional por lo que movilizó su ejército, ingresando a
territorio ecuatoriano por Tumbes (localidad
de Aguas Verdes limítrofe con Huaquillas).
El Perú empleó sus recursos militares haciéndose con el control del espacio
previamente ocupado por Ecuador los días 5, 23 y 24 de julio, y que constituía
el 50% del territorio que dicho país consideraba suyo.
La Fuerza
Aérea del Perú bombardeó la población ecuatoriana de Santa Rosa, en la
provincia fronteriza ecuatoriana de El Oro, y amenazó con
hacer lo mismo con la ciudad de Guayaquil. Tropas
peruanas invadieron regiones del sur del Ecuador, y presionaron hasta la firma
del protocolo de Río de
Janeiro el 29 de
enero de 1942, cuya
legitimidad fue garantizada por Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos de América. La firma del protocolo de Río de
Janeiro confirmó la línea del “Status Quo” de 1936, firmada en Washington por
Perú y Ecuador, menos la pérdida por parte de Ecuador de 5.392 millas
cuadradas.
Problema demarcatorio en la Cordillera del Cóndor
La demarcación de la línea
fronteriza establecida en el protocolo, mediante el levantamiento de hitos, se
inició en 1947. Sin embargo,
ésta no fue culminada en la zona de la Cordillera del Cóndor, debido a que,
mediante un levantamiento aerofotogramétrico, se "descubrió" la
presencia del río Cenepa, entre el río Zamora y el río Santiago. Eso implicaba
que lo consignado en el protocolo no correspondía con la geografía real de la
zona. El río Cenepa era un accidente geográfico conocido desde muchos años
antes, tal como lo reconoce en un ensayo el ex presidente peruano Fernando
Belaúnde Terry. La suspensión se basó en la posición ecuatoriana, que señalaba la
inexistencia de un "Divortium Aquarum"
(divisoria de aguas) entre el río Zamora y el río Santiago, como contempla el
Protocolo de Río de Janeiro. En efecto, el árbitro brasileño Braz Dias de Aguiar
solamente menciona que los ríos necesarios para efectos de demarcación son el
Zamora y el Santiago. Según el punto de vista ecuatoriano, este tema, añadido a
otras "inconsistencias" en el texto del protocolo, fueron causa de
que la demarcación se suspendiera unilateralmente. Como conclusión, Ecuador
mantuvo durante años la tesis de que el protocolo era inejecutable.
En el plano diplomático los
representantes peruanos y ecuatorianos no pudieron ponerse de acuerdo. La
colocación de hitos fronterizos, convenida en el protocolo de 1942,
imprescindible en una zona tan agreste, no pudo ser concluída, pues se detuvo
en 1950, quedando sin
demarcar un espacio de 78 kilómetros lineales.
El presidente ecuatoriano José María Velasco Ibarra, en 1960, pretendió declarar la nulidad
del Protocolo de Río de Janeiro, arguyendo que "fue firmado bajo la fuerza
y con amenazas", cuando las Fuerzas Peruanas "ocupaban"
territorio ecuatoriano. Estas declaraciones del mandatario ecuatoriano
mostraron las intenciones de Ecuador de buscar una salida a la cuenca del río
Amazonas prescindiendo de lo señalado por el Protocolo de Río de Janeiro.
Incidente de 1981, "Paquisha"/ "Falso Paquisha"
El 22 de enero de 1981, el gobierno peruano denunció un
ataque a una de sus aeronaves cuando realizaba una misión de abastecimiento a
puestos de vigilancia en el río Comaina (territorio peruano). El entonces Presidente
del Perú, Arquitecto Fernando
Belaúnde Terry, ordenó la inspección del río Comaina hasta sus nacientes en el lado
oriental de la Cordillera del Cóndor, comprobándose la existencia, dentro de
territorio peruano, de tres destacamentos militares ecuatorianos, con sus
respectivas instalaciones. Este hallazgo causó acciones de fuerza, logrando las
fuerzas peruanas desalojar los destacamentos ecuatorianos.
La posición ecuatoriana señalaba
que esos destacamentos correspondían a la base de "Paquisha",
establecida en territorio ecuatoriano. Pero, tras la medición de las
coordenadas, se comprobó que no correspondían a la mencionada Paquisha sino,
como lo calificó el presidente Belaúnde, a un "falso Paquisha". Tras
las escaramuzas, que motivaron la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA), el acta Sorrosa-Du Bois fijó
las coordenadas de ubicación permitidas para las tropas fronterizas,
ratificando la condición de la mencionada cordillera como límite natural entre
ambos países.
En 1992, los presidentes del Perú y
Ecuador, Alberto Fujimori Fujimori y Rodrigo
Borja Cevallos, suscribieron el llamado Pacto de Caballeros en el que
se comprometían a buscar soluciones pacíficas a las diferencias. Sin embargo,
en el mes de diciembre de 1994 se empiezan a notar movilizaciones del ejército
del Ecuador, que desde 1981 había
estado preparándose para afrontar un conflicto generalizado, desplegando sus
sistemas de defensa en el área de la Cordillera del Cóndor.
Posiciones
Cada uno de los países tiene un
pensamiento diferente, a continuación se describe la de cada uno de ellos
(ordenado alfabéticamente):
Posición ecuatoriana
La argumentación ecuatoriana
señala, por su parte:
§ El Protocolo de Río de Janeiro es un tratado cuyo
cumplimiento no puede ser exigido al Ecuador por cuanto fue un texto impuesto,
y su suscripción se realizó estando ocupada una gran parte del territorio
nacional.
§ El Protocolo de
Río de Janeiro señala el divisor de aguas Zamora-Santiago para distribuir
equitativamente entre los dos países el espacio geográfico entre los ríos
Zamora y Santiago. Sin embargo, en la realidad geográfica no existe dicha
divisoria de aguas por el hecho de que el río Cenepa, que antes se pensaba que
era un afluente insignificante del río Marañón-Amazonas, resultó ser un sistema
hidrográfico independiente y mucho más extenso, interpuesto entre el Zamora y
el Santiago. Al no existir la divisoria de aguas Zamora-Santiago es inaplicable
el trazado de la frontera en este sector enunciado en el artículo VIII. B.1.
§ Ante esa
inejecutabilidad del Protocolo, resulta indispensable establecer una línea de
frontera que distribuya equitativamente entre los dos países el espacio
geográfico comprendido entre los ríos Zamora y Santiago.
§ Esa
distribución, no obstante, sólo puede hacerse atendiendo a los derechos de las
partes y reconociendo al Ecuador el acceso que demanda al Marañón-Amazonas, en debida
atención a sus históricos derechos amazónicos y a los requerimientos de su
desarrollo como país condómino en la Cuenca del Gran Río. De esa forma se
abrirán amplias posibilidades para la cooperación de las dos partes en
proyectos de interés común en la Amazonia, y para una útil y fácil comunicación
de los puertos marítimos del Ecuador tanto con los accesos ecuatorianos al
Amazonas y sus afluentes como con los polos de desarrollo binacional y
multinacional en la región.
Posición peruana
La argumentación peruana señala lo
siguiente sobre este tema:
§ Mientras Tumbes
y Piura son
invariablemente peruanas, Jaén perteneció a la Real
Audiencia de Quito sólo entre 1563 y 1567 y entre 1819 y 1821, habiéndose pronunciado
multitudinariamente por su pertenencia al Perú en ambas oportunidades, decisión
ratificada por el virrey Francisco
de Toledo (1569-1581, durante el reinado de Felipe II de España, 1556-1598, de la Casa de Austria) y por el gobierno
del Perú en 1821;
§ Maynas (esto
es, Amazonas y Loreto) nació
como provincia peruana y
fue adscrita al Virreinato de Santa Fe de Bogotá recién
en 1772, pero pasó a
ser una gobernación directamente dependiente del Virrey del Perú o Virreinato
del Perú por cédula real del 15 de julio de 1802.
§ El Protocolo de Río de Janeiro es un tratado internacional
perfectamente ejecutable y su cumplimiento no admite revisión alguna.
Desarrollo del conflicto
Nueva crisis
En vista de los incidentes
fronterizos acaecidos entre Agosto y finales de 1991, se produjo a comienzos de
1992 en Quito, un encuentro
entre los presidentes de los dos países. La visita del presidente
peruano, Alberto
Fujimori, se proponía allanar las dificultades que impedían una solución
diplomática al problema fronterizo, firmándose el llamado "pacto de
Caballeros". En la tarde del 9 de enero de 1995, cerca de las 17:30 horas, en la
zona del Cenepa, una patrulla de cuatro soldados peruanos del Batallón de
Infantería de Selva "Callao" Nº 25 tuvo un encuentro con una patrulla
ecuatoriana del Batallón Nº 63 "Gualaquiza". Al día siguiente las
tropas peruanas son acompañadas por las ecuatorianas hasta el PV-1. El 11 de enero se produce
un nuevo encuentro, de nuevo en la zona peruana del Cenepa, cerca de las 13:00,
la patrulla peruana -de aproximadamente 10 soldados- es conminada por los
ecuatorianos y se inicia un breve intercambio de disparos.
Sin embargo, estos incidentes
fueron solucionados por la vía diplomática, llegando incluso a emitirse el 14
de Enero de 1995, una declaración conjunta que enfatizaba: "en la zona de
frontera, hay un clima de paz y tranquilidad".
En los días 19 y 22 de ese mismo
mes, se volvieron a registrar escaramuzas entre patrullas militares de los dos
países.
Las versiones políticas
atribuyeron el crecimiento del enfrentamiento a la situación política que
reinaba en ambos países; así, mientras el presidente ecuatoriano Sixto
Durán Ballén se encontraba con bajísimos niveles de aceptación popular, su
homólogo peruano Alberto Fujimori preparaba
el camino para su reelección. En ambos casos, la popularidad de los mandatarios
se incrementó.
Argentina, siendo parte
del Protocolo de Río de Janeiro, y, por lo tanto, obligadamente
neutral en el conflicto, proporcionó armas a Ecuador para ser usadas en contra
del Perú, hecho que se tornó en todo un escándalo internacional, que incluso
salpicó al gobierno venezolano de aquel entonces, llegando la Presidenta
argentina Cristina
Kirchner, en ocasión de una visita oficial al Perú el 22 y 23 de marzo de 2010, a ofrecer disculpas formales en
nombre de su país.
En total se despacharon 75
toneladas de armamento, por un valor de 33 millones de dólares, que comprendían
ocho mil fusiles FAL, 36 cañones de 105 y 155 mm., diez mil pistolas de
9 mm., 350 morteros, 50 ametralladoras pesadas, 58 millones de municiones,
45.000 proyectiles de cañón, nueve mil granadas, y explosivos. Estas armas
partieron del aeropuerto bonaerense de Ezeiza el 17, 18 y 22 de febrero con
destino a Venezuela, que después fueron transferidas a Ecuador.
Chile, por su lado, también había
realizado entregas de armas y pertrechos militares al Ecuador, en plena guerra
del Cenepa. Parlamentarios opositores al régimen de Alberto Fujimori en el
Perú, denunciaron que éste había negado el permiso para que aviones de la FAP
interceptaran a dos aviones cargueros de la FAE, que, después de realizar una
escala en Brasil, se dirigieron a Iquique, en Chile, con el fin de cargar
pertrechos y armas. Chile se defendió, aduciendo que se cumplió la entrega de
un contrato de venta de armas, firmado antes del inicio del conflicto.10 11 La venta
de armas de Chile a Ecuador, se realizo el 31 de Enero de 1995.El monto de la
venta fue de 1millon 900mil dólares y consistió en 3,000 fusiles, 7,829
cargadores y 300 cohetes Low.
Situación militar del Perú y
Ecuador
La situación militar de ambos
países al inicio del conflicto, venía a ser muy dispareja, a diferencia de la
imagen que representaban; las ventajas estaban del lado ecuatoriano.
El Perú afrontaba desde 1980 una
guerra interna desatada por el grupo terrorista Sendero Luminoso, que conoció su
más cruenta etapa entre 1982 y 1991. Las Fuerzas armadas del Perú se hicieron cargo de la
lucha antisubversiva desde Diciembre de 1982, con el consiguiente desgaste que
ello conlleva, tanto económico como social.
La Fuerza Aérea peruana, que desde
la década de los años 60 y parte de los 80, había llegado a ser considerada
como una de las más poderosas de Hispanoamérica, se hallaba, en 1995, en una
deplorable situación. Así, en el momento de estallar el conflicto, de más de
100 aparatos de combate que tenía en inventario, sólo se hallaban operativos:
3 Mirage 2000, 7 Sukhoi 22, 4 Camberras, 8A-37B y 5
helicópteros artillados Mi-25; los Mirage
2000, que venían a ser los aviones más modernos de la FAP, no contaban con
misiles aire-aire de medio alcance.
Los sistemas de radar sólo tenían
una operatividad del orden de menos del 45%, y los sistemas antiaéreos, del
20%.13 Por el
lado ecuatoriano, después del Incidente de 1981 "Paquisha", se inicia
una serie de compras y modernizaciones de sus sistemas aéreos y terrestres;
entre los más importantes está la compra de aviones Kfir C2, y las
modernizaciones de sus Mirage F1. Se puede afirmar que, para inicios
de 1995, la Fuerza Aérea del Ecuador era una de las más
competentes de la región, contando con un arsenal de 12 Mirage F.1JAs, 10 Kfir
C.2s, 10 Jaguars MK.1 y 10 A-37B. Sus fuerzas
terrestres habían sido preparadas durante largo tiempo para el combate en la selva;
a lo largo de la guerra del Cenepa se desplegaron, preferentemente, soldados
profesionales de brigadas de fuerzas especiales como los "Iwias".
En contraparte de esto, el ejército peruano estaba conformado al principio del
conflicto, en su grueso, por conscriptos de servicio militar obligatorio
escasos de preparacion.13 Las
fuerzas armadas ecuatorianas hicieron uso de sus cortas líneas de
abastecimiento y la ventaja geográfica que otorga la cordillera del Cóndor
(6500 pies de altura) para atacar directamente con morteros y lanzadores de
cohetes múltiples, a tropas del ejército peruano que intentaban fortalecer sus
posiciones. Todo esto gracias al uso de tecnología moderna, tal como el
posicionamiento global satelital GPS, para localizar con precisión su objetivo.14 A pesar de
que la sofisticación del armamento data de los años 60’s y 70’s, un conflicto
armado a esta escala era desconocido entre países hispanoamericanos. Las
fuerzas armadas ecuatorianas lograron adoptar una defensa activa y un combate
tierra-aire, conceptos implementados por fuerzas armadas estadounidenses e
israelíes.15Conceptos y
técnicas que el general Paco Moncayo aprendió y aplicó tras su estancia en
Israel como agregado militar en ese país en 1986.16 Gabriel
Marcella, analista estadounidense de la Escuela Superior de Guerra del Ejército
de los EE.UU dice lo siguiente:
La limitada victoria del Ecuador en el Cenepa genera un nuevo umbral en
el antiguo conflicto: Ecuador ha logrado una victoria militar sobre Perú por
primera vez desde la batalla de Tarqui en 1829. Los ecuatorianos integraron
exitosamente las estrategias militares, operaciones y tácticas con una acertada
campaña de información tanto en lo nacional (diplomacia) como en lo militar
(operaciones sicológicas)".17
El material perdido y el número de
bajas no combatientes por parte del Perú (300) dejó entrever que el Perú estaba
lejos de estar preparado para un enfrentamiento con Ecuador, lo que motivó una
severa crítica en el país.18 Todo esto
agudizado por una deficiente línea de abastecimientos, a causa de la distancia
y las condiciones meteorológicas y geográficas por el lado peruano. En una
carta de un alto militar del Ejército
peruano que participó en el conflicto se desvela lo siguiente:
" de todas las armas tuvimos que valernos de los viejos fusiles FAL
que tuvieron problemas cuando por los años 75 se compraron a los argentinos;
con estas armas y unos cuantos RPG, sin base de fuegos de morteros, sin
artillería, sin apoyo aéreo, sin inteligencia, nos enfrentamos a una fuerza
moderna,(…) En esas condiciones, recuperamos Cueva de los Tayos, Base Sur,
llegamos a Tiwinza pero ya desgastados por una terrible y larga línea de
abastecimientos pero no pudimos mantenerla; es verdad nuestros hombres sufrieron
hambre, porque no tuvieron raciones oportunamente, porque los cargadores eran
emboscados, porque nos infiltrábamos en terreno ocupado por el enemigo y
nuestras tropas quedaban aisladas".
Otro aspecto de gran importancia
es la diferencia en los gastos militares de ambos países. En el periodo 1985 a
1994, los gastos de Defensa en el Perú disminuyeron en un 13%, mientras en el
Ecuador se incrementaron en un 58%. A pesar de la diferencia en gastos
militares, no todo se encontraba a favor del lado ecuatoriano, vistas las
limitaciones impuestas por el ejecutivo ecuatoriano, que prohibió al alto mando
militar emprender acciones contra el eje Jiménez Banda-Soldado Pastor, desde
donde llegaban abastecimientos y refuerzos. General Paco Moncayo:
"La situación militar se había vuelto desagradable por la presencia
de la fuerzas peruanas en el interior de nuestro dispositivo, y la
imposibilidad de desalojarles".
El Cenepa bajo fuego
§ 24 de enero: El Perú
moviliza sus tropas, mientras la FAE realiza los preparativos para alistar su
flota para el inminente combate.
§ 25 de enero: Ecuador
militariza la zona de la Cordillera del Cóndor después conocida como Base Sur,
la cual era aún territorio en litigio.
§ 26 de enero: Una
patrulla del BIS (Batallón de Infantería de Selva) Nº25 del Ejército peruano
realizaba labores de construcción de un helipuerto en la zona de la quebrada
Fashin y la cabeza del río Cenepa, cuando es atacada por el Grupo de Fuerzas
Especiales Nº26 del Ejército ecuatoriano.
Un helicóptero ecuatoriano Super Puma realizando
relevo de tropas durante el conflicto.
§ 27 de enero: Tanto Perú
como Ecuador ordenan el despliegue general de sus tropas en la línea fronteriza
y la costa del Pacífico, listos para atacar en caso de una eventual guerra
total. Durante toda la guerra se movilizaron alrededor 140 000 hombres.
§ 28 de enero: A las 7:45
horas fuerzas peruanas lanzan su primer ataque terrestre contra posiciones
ecuatorianas en la cabecera de las aguas del Cenepa. A las 11:05, los ataques
se renuevan, pero esta vez con apoyo de helicópteros artillados peruanos que
daban cobertura a las tropas terrestres. En este combate se reporta un
helicóptero peruano alcanzado por un misil tierra-aire Igla-1E (SA-16). A las 12:05,
caza-bombarderos de la FAP hacen su primera aparición en el valle del Cenepa y
se retirarían tras ser informados de la presencia de interceptores de la FAE.
§ 29 de enero: En un
patrón que se repetiría constantemente los próximos días, fuerzas peruanas
lanzarían múltiples y simultáneos ataques en todo el área, en un esfuerzo por
debilitar las posiciones ecuatorianas en Tiwinza, Cueva de los Tayos, Base Sur
y Coangos, llegando a derribar un helicóptero Mi-8TV de la FAP,
también se reporta el derribo de un segundo helicóptero por parte de la MANPADS de
Ecuador, aunque este segundo derribo no ha podido ser confirmado. Al final del
día el Perú anuncia que se capturaron 3 base ecuatorianas, algo que el gobierno
del Ecuador negó.
§ 31 de enero: Después de
24 horas de calma, tropas peruanas renuevan sus ataques contra Tiwinza, Coangos
y Cueva de los Tayos. Ecuador y Perú rechazan bilateralmente una llamada
internacional para un cese al fuego inmediato.
§ 1 de febrero: los
ataques continúan, pero esta vez con el apoyo de artillería pesada. Aviones
peruanos biplaza de ataque ligero A-37B hacen su
aparición en el campo de guerra, bombardeando posiciones ecuatorianas. Incluso
la base de Cóndor Mirador en la cumbre de la cordillera del Cóndor cae bajo el
fuego de los aviones de la FAP.
§ 2 de febrero: Se
realizan no menos de 12 ataques aire-tierra por parte de la FAP, que ofrecía
apoyo a sus tropas que trataban de tomar Cueva de los Tayos y Base Sur.
§ 3 de febrero: Strikemasters Mk
89 y bombarderos ligeros A-37B ecuatorianos,
bajo cobertura aérea de interceptores de la FAE, hacen su primera aparición en
el campo de
batalla, bombardeando posiciones peruanas.
§ 4 de febrero: Embraer EMB 312 Tucanos de la FAP
realizan una salida nocturna bombardeando la posición enemiga de Tiwinza.
§ 6 de febrero: La FAP
hace por primera vez uso de sus bombarderos a reacción Camberra para atacar posiciones
ecuatorianas. Un Camberra se reportó como perdido a causa de las malas
condiciones meteorológicas, otras versiones afirman que fue víctima de fuego
antiaéreo.
§ 7 de febrero: Un
helicóptero Mi-25 peruano es
derribado tras una sucesión de, por lo menos, dos impactos de misiles
antiaéreos Igla.
Bombarderos A-37B de la FAE, escoltados por interceptoresKfir, atacan posiciones peruanas. Uno
de los A-37B llega a
ser alcanzado por la artillería antiaérea, pero consigue retornar a su base.
§ 9 de febrero: La
actividad aérea se intensifica en ambas bandos. La FAP lleva a cabo no menos de
16 misiones usando caza-bombarderos Sukhoi Su-22. Esta vez los bombarderos
Camberra realizan un bombardeo nocturno.
§ 10 de febrero: La
actividad aérea se intensificó en la zona de batalla. Durante la mañana
bombarderos A-37B y Sukhoi Su-22M son enviados por la FAP para atacar
posiciones ecuatorianas. Según la versión ecuatoriana, a las 12:45 salen 4
interceptores ecuatorianos (2 Mirage F.1JAs y 2 IAI Kfir C.2s) tras haber
detectado 5 aeronaves, un IAI Kfir C.2 derriba un A-37B peruano, y
dosSu-22 peruanos
son derribados por los Mirage F.125 , mientras
que otro A-37B peruano
logra escapar de un IAI Kfir C.2 tras una gran maniobra volando a ras de los
árboles.13 Según la
versión peruana los Sukhoi-22 peruanos fueron derribados por artillería
antiaérea; un inicial comunicado oficial de las FFAA Ecuador, publicado el
sábado 11 de febrero de 1995 en el Diario El Universo de Guayaquil (año 74, Nº
149, Página 1), daba una versión similar a la peruana.
§ 11 de febrero: A medida
que el conflicto terrestre toma fuerza, la actividad aérea en el área se
incrementa, así, aviones de ataque A-37B ecuatorianos lanzan un ataque sobre
posiciones peruanas. Un A-37B de la FAE es alcanzado por un misil de la MANPAD
peruana, pero la tripulación consigue volar de regreso a su base.
§ 13 de febrero: Un grupo
de tanques refuerza la brigada 7 Loja ecuatoriana, mientras que el Perú lanza
fuertes ataques con cobertura aérea contra de las posiciones ecuatorianas de
Coangos y Tiwinza. Según fuentes ecuatorianas, un helicóptero Mi-8TV y un Mi-17 peruanos fueron derribados;
las fuentes peruanas niegan esos derribos. En la noche el presidente peruano
Alberto Fujimori aparece en TV declarando la toma de Tiwinza.
§ 14-16 de
febrero: Los combates continúan a lo largo de todo el área de conflicto. El
miércoles 15 de febrero un grupo de periodistas internacionales arriba a
Tiwinza tras una invitación del ejército ecuatoriano que, con posicionadores
GPS, demuestran las coordenadas exactas de Tiwinza (3°27'57.18" Sur,
78°15'8.72" Oeste) hechas públicas a principios de febrero de 1995,
buscando desmentir, así, las declaraciones del presidente peruano Alberto
Fujimori, hechas dos días atrás públicamente.
§ 17 de febrero: En
presencia de cuatro países garantes del Protocolo de Río (Estados Unidos de
América, Brasil, Chile, Argentina), el vice-ministro ecuatoriano de asuntos
exteriores, Marcelo Fernández de Córdoba y el vice-ministro peruano de asuntos
exteriores, Eduardo Ponce, firman en Brasil la Declaración de Paz de Itamaraty,
confirmando un alto el fuego inmediato y el establecimiento de un grupo de paz
MOMEP (Military Observer Mission, Ecuador Perú), encargado de supervisar el
cumplimiento del alto el fuego, a través de la puesta a cargo por parte de la
MOMEP de las bases de Tiwinza y Base Sur, y el establecimiento de los límites
de una zona desmilitarizada. Ecuador y Perú se comprometen a emprender las
conversaciones en torno a las causas pendientes de ambos países.
§ 21 de febrero: Los
primeros observadores de la MOMEP arriban a la base ecuatoriana de Patuca, pero
enfrentamientos a lo largo de todo el día impiden que los observadores alcancen
el área de conflicto. Ecuador reclama que helicópteros peruanos sobrevuelan constantemente
sobre posiciones ecuatorianas, violando así el alto el fuego; el Perú, por su
parte, denuncia un constante acoso por parte de la artillería ecuatoriana a las
posiciones peruanas.
§ 22 de febrero:, conocido como
el "Miércoles negro", pues el ejército ecuatoriano tuvo una cantidad
de bajas superior al total de bajas acumulado desde el inicio de la guerra, 13
muertos y 20 heridos aquel día, cantidad corroborada por el general ecuatoriano
Paco Moncayo; siempre según el mismo general Moncayo, esa tarde y noche, tropas
ecuatorianas toman represalias contra el bando peruano utilizando armas de
apoyo de fuegos; al día siguiente se habría detectado un movimiento de
evacuación de bajas por el lado peruano. Se llevaban cinco días desde la
Declaración de cese al fuego de Itamaraty.
§ 28 de febrero: En los
días siguientes las escaramuzas continúan. Sólo la presión de los garantes,
básicamente EE.UU., logró que ambos bandos respetaran el cese del fuego y se
estableciera una zona desmilitarizada. De esta manera se firma en Montevideo la
declaración de “Reiteración del compromiso a proceder a un inmediato y efectivo
cese el fuego”. Si bien incidentes menores se dan a lo largo de los siguientes
meses, la Guerra del Cenepa ha terminado oficialmente.
Término del conflicto
Declaración de Paz de Itamaraty
El 17 de febrero de 1995, se firma
la Declaración de Paz de Itamaraty, en Brasil, que determina la retirada de las
tropas de ambos países.
Sin embargo, en incidentes
"confusos", se producen nuevos combates en la zona del Cenepa
(Tiwinza, Base Sur y Cueva de los Tayos). Si bien ni Ecuador ni Perú cumplieron
lo acordado en el tratado de Itamaraty, la versión oficial ecuatoriana es que,
debido a que el Presidente del Perú, Alberto Fujimori, había anunciado
anteriormente la captura de estos destacamentos, era indispensable tomarlos
antes de la llegada de los observadores y periodistas a la zona. Periodistas
peruanos y Alberto Fujimori llegan escoltados por un pequeño grupo de soldados
al izamiento de la bandera nacional del Perú en Cueva de los Tayos, un hecho
que la representante de los Estados Unidos ante la OEA, calificaría el viaje de
Fujimori en una reunión urgente de la OEA el 23 de febrero de 1995, de
"provocación". El gobierno estadounidense también expresaría su rechazo
ante el uso bélico que se le dio el 22 de febrero a los helicópteros que aquel
gobierno dono al Perú para combatir el narcotráfico. El sábado 25 de febrero
los garantes instan a las partes "a evitar cualesquiera iniciativas que
puedan ser interpretadas como amenaza o como provocación". Finalmente se
desmilitarizó la zona de conflicto; tropas ecuatorianas se replegaron en
Coangos y tropas peruanas hicieron lo mismo en PV1.
Según la tesis de Javier Pérez de
Cuéllar, la desmilitarización debió efectuarse en ambos lados de la frontera,
teniendo así la base de Coangos que ser desmilitarizada, ya que desde la cumbre
de este sitio tropas ecuatorianas recibían apoyo logístico de su artillería, lo
que facilitaría un supuesto nuevo infiltramiento de tropas ecuatorianas en
Tiwinza.
Observadores de los países
garantes del Protocolo de Río de Janeiro se desplazan hasta la zona del
conflicto. El 2 de marzo, tras cinco semanas en enfrentamientos y escaramuzas,
terminan los combates. Hay numerosos heridos y muertos por ambos lados. Durante
el proceso de negociación, ambas partes ceden terreno, dejando a un lado sus
posiciones extremas; el Ecuador reconoce la “parcialidad” de la
inejecutabilidad del protocolo de Río y por consiguiente reconoce la autoridad
del susodicho. El Perú, por su parte, reconoce por primera vez la existencia de
una disputa y la necesidad de una revisión de los impases del protocolo de Río.
Los impases existentes se pueden
resumir en cuatro puntos:
§ Inejecutabilidad
parcial del Protocolo de Río de Janeiro por la inexistencia del divisor de
aguas entre los ríos Zamora y Santiago. Acceso libre y soberano ecuatoriano al
Marañón - Amazonas.
§ Problemas de
demarcación: a) Sector Cucumaza Bumbuisa y el Yaupi Santiago.. b) Sector
Lagartococha-Güepí.
§ Problemas que
generan los cortes de los ríos por las líneas geodésicas. Problema en el río
Napo, Sector Yasuní-Aguarico.
§ Canal del
Zarumilla.
Tras una casi fallida ronda de
negociaciones, la diplomacia condujo al acuerdo de Brasilia, el 24 de octubre
de 1998, firmado por el presidente peruano Alberto Fujimori y su colega
ecuatoriano Jamil Mahuad. Los países garantes (Argentina, Brasil, Chile y
Estados Unidos de América) resolvieron que las altas cumbres de la cordillera
del Cóndor y la región de Tiwinza, de 20 Km², pertenece al Perú, se concede al
Ecuador 1 km² de Tiwinza como propiedad privada bajo la legislación
privada del Perú, con la excepción de que esta propiedad nunca podrá ser
expropiada del Ecuador, se la usará para realizar actos conmemorativos y no
militares. A todo aquel que nazca en Tiwinza se le considerará peruano. El Perú
deberá garantizar el derecho perpetuo de libre navegación por el río Amazonas y
sus afluentes septentrionales, establecido en el Protocolo de Paz, Amistad y
Límites de Río de Janeiro del 29 de enero de 1942, habiendo recibido, además,
un permiso por 50 años para establecer dos embarcaderos comerciales, cada uno
de 150 hectáreas, y libres de impuestos. Estos embarcaderos serán administrados
por las empresas que designe el Ecuador, pero tendrán que ser registradas bajo
la legislación peruana. Un parque binacional ecológico, aún por
implementar, sería la representación de la paz entre ambos países hermanos.
También se establecieron los nuevos hitos en el sector de Lagartococha – Güeppi
y en Cusumasa-Bumbuiza y Yaupi-Santiago en la cordillera de los andes, hitos
que fueron causa de controversia visto que el Perú cede 42 km² al Ecuador,
algo visto como una decisión que obedece a razones políticas más que técnicas
por parte de la comisión demarcadora. Quedando la base Teniente Ortiz en
el Ecuador y el Puesto Pachacútec en el Perú.
En mayo de 1999, de forma
conjunta, finalmente se colocó el último hito, de 30 en total34 , 23 de
ellos en el tramo de 78 km de frontera no demarcada en la Cordillera del
Cóndor.
Sucesos posteriores
Tras el cese de hostilidades, la
reanudación del conflicto era una posibilidad a tener en cuenta. Esto aceleró
las gestiones para adquirir nuevo armamento. Por el lado ecuatoriano, en 1996
se adquierieron 4 aviones Kfir C.2 y también se empezaron las negociaciones
para la adquisición de 8 Kfir C.10, negociaciones que fueron vetadas por el
gobierno de los Estados Unidos para
evitar una escalada armamentista en la región.35 Mientras
que por parte del Perú, el 6 y 13 de mayo de 1996 se suscribe el contrato para
la adquisición de aeronaves MiG-29 y Sukhoi-25 respectivamente, compradas
de segunda mano a Bielorrusia.
En 1998 Perú denunció que Ecuador habría
estado infiltrando elementos militares en la zona del Cenepa, entre fines de
Julio y mediados de Agosto de 1998, lo que obligo a la MOMEP, a
reestablecer una zona de control y vigilancia. Con lo cual se volvió a una
situacion de tensión que amenazó con desatar una nueva guerra entre ambos
paises . Como respuesta del Gobierno peruano, se emite el
Decreto de Urgencia Nº 032-98 el 14 de julio de 1998, en el que se autoriza al
Ministerio de Defensa la adquisición de tres aeronaves MIG-29SE a la Federacion
Rusa por medio de la Cía. ROSVOOROUZHEINE, por la suma de
126’293.000 dólares estadounidenses.
El ex-ministro peruano de defensa
ex-general César Saucedo Sánchez declaró en 2002, ante una comisión de
investigación fiscalizadora del congreso peruano:
Este decreto de urgencia lo firmé responsablemente, ya que, como
Ministro de Defensa y militar conocía las serias limitaciones de nuestras
Fuerzas Armadas, luego de la vergonzosa derrota de 1995 en el conflicto con el
Ecuador, que no sólo revisó la gravedad de haber costado la pérdida de valiosas
vidas de nuestros soldados, sino que adicionalmente fue destruido parte de
nuestro material bélico como, por ejemplo, 9 aviones y helicópteros de la
Fuerza Aérea y de nuestro Ejército, lo que nos puso en situación de verdadero
peligro y clara desventaja ante Ecuador, afectando peligrosamente nuestra
soberanía e integridad territorial.
Cabe aclarar que estas
declaraciones fueron hechas en el marco de una acusación hacia el ex-ministro
Saucedo en la que buscó mil motivos para justificar su responsabilidad y que,
además, la cartera de defensa la tomó en julio de 1997, y no en 1995, cuando
sucedió el Conflicto del Cenepa.
Hechos similares sucedieron en el
Ecuador, en el que el general y ex-ministro de defensa José Gallardo fue
enjuiciado por haber cometido actos de corrupción en la compra de fusiles en
mal estado para el Ejército Ecuatoriano durante el Conflicto del Cenepa.
Muy aparte del resultado real de
los enfrentamientos bélicos, en el Ecuador la
propaganda montada produjo un sentimiento de reivindicación de sus Fuerzas Armadas, pues
intentaron esconder los resultados similares en 1941 y 1981. Entre los argumentos de esta
propaganda eran repetitivos que resistieron, manteniendo incluso algunas
posiciones, las operaciones de desalojo de las Fuerzas Armadas del Perú.
No obstante, lo que sucedia en el campo
diplomático era que las conversaciones se daban de acuerdo a los alineamientos
hacia el Perú exigidos, entre las que se encuentran el respeto irrestricto del
Protocolo de Río de Janeiro por parte del Ecuador, pese a que este
reconocimiento explícito culminaba con sus aspiraciones de País Amazónico.
Según el General ecuatoriano Paco
Moncayo:
"En un país carente de conciencia nacional desde su misma fundación
en 1830, y rasgado por el intenso regionalismo y la rivalidad entre las
ciudades de Quito -ciudad capital-, y Guayaquil, -núcleo económico de la nación-,
el antiperuanismo pasó a convertirse en el único polo de atracción capaz de
unir a todos los ecuatorianos. Aunque en el Perú nunca llegó quizá a enraizar
un sentimiento generalizado de antiecuatorianismo -a excepción hecha de Iquitos
y las regiones nororientales colindantes con el Ecuador, paradójicamente los
mismos territorios sobre los que el Ecuador insistía en reclamar como
suyos".
En el Perú, los resultados
de las negociaciones que se definieron con el Acta de Brasilia, hallaron
encontrados sentimientos en la población, pero se obtuvo un consenso a través
del parlamento peruano, que finiquitó una salida, que se entiende como
definitiva, a un largo conflicto.
La comunidad regional saludó con
beneplácito el fin de un problema regional. Mientras, la diplomacia peruana de
la época catalogó como un triunfo peruano el resultado de las negociaciones, pues
logró el cierre definitivo de su frontera con el Ecuador en base
al Protocolo de Río de Janeiro.
Controversias
En la actualidad aún existe duda y
controversia sobre el balance militar de la guerra; ambos lados aseguran ser
los vencedores de un conflicto que se solucionó en la mesa de negociones, mas
no en el campo de
batalla, vista la brevedad de un conflicto armado no declarado. El resultado de
las mismas no satisficieron enteramente a las partes involucradas
§ El general Paco
Moncayo, ex jefe de las fuerzas ecuatorianas durante la Guerra del Cenepa: su
disconformidad con el resultado de las negociaciones:
que la paz que se obtuvo fue "con los tanques peruanos
amenazándonos. Una paz impuesta por la fuerza; una paz en la cual nosotros
concedimos todo y no recibimos nada". En la negociacion "Perú ganó
todo y Ecuador perdió todo".
§ La reacción de
la cúpula militar ecuatoriana al recibir la decisión de los países garantes:
"QUITO.- Mientras en el salón Amarillo del Palacio de Gobierno los
civiles recibieron con aplausos y cantando el himno nacional la decisión de los
garantes, los militares mantuvieron otra actitud: tristeza, dolor, rabia, ira y
resignación, reflejaban sus rostros.
§ Cáceres
Velásquez, ex-diputado del congreso de la republica del Perú:
Encuentro en este tratado que hay una cesión permanente de 37 kilómetros
cuadrados a nuestros vecinos del Ecuador, luego de haber escuchado la
exposición del señor Torres y Torres Lara; de ahí recojo lo concerniente al
kilómetro que estamos cediendo en Tiwinza. ¿Podrían los rusos ceder un
kilómetro en Stalingrado, los franceses un kilómetro en Verdún? ¿Podrían los
chilenos habernos dejado el Morro de Arica, señores congresistas? Yo creo que
no. Nosotros estamos haciendo justamente eso con Tiwinza, contribuyendo a que
se incentive la adicción del Ecuador por nuestra amazonía. De otro lado,
estamos comprometiendo grandes recursos del Perú en favor del desarrollo del
Ecuador.
Análisis de la guerra informativa entre medios peruanos y ecuatorianos
durante la Guerra del Cenepa
§ María Fernanda
Burneo (ecuatoriana) en "Prensa y Nacionalísmo: Representaciones en la
Guerra del Cenepa en febrero de 1995 - Análisis de Discurso":
"el caso de estudio aquí analizado se ubica específicamente en
febrero de 1995, durante la invasión a la base de Tiwinza en la zona de
conflicto del Alto Cenepa. En este mes se registró un alza en los ataques
peruanos a dicha zona en lo que se llamo también una guerra mediática, pues los
medios tanto ecuatorianos como peruanos jugaron un rol sumamente importante en
la emisión de las noticias sobre la posesión de las bases".
§ La Revista
Caretas Nº1349 (semanario político peruano) del año 1995:
"Mientras Ecuador utilizaba a fondo la "transparencia
informativa", en el Perú no hubo facilidades para la prensa extranjera
durante toda la primera semana. El resultado fue un desbalance que se hizo
notorio en la cobertura de la Tv. Tanto CNN como TV Española ubicaron a sus
corresponsales del lado ecuatoriano. La semana pasada el noticiario CNN en
español puso a su conductor Jorge Gestoso en el frente de batalla al lado de
tropas ecuatorianas en imágenes emotivas.
La condición de Perú como país agresor se hace más creíble, ante la opinión pública internacional, debido a otros dos factores. El primero consiste en que la inferioridad bélica de Ecuador le hace desaconsejable tomar la iniciativa militar. El segundo es que, pese a las evidencias que están a la vista, en el Perú se insista cerradamente y no sólo desde el gobierno en que no hay problema territorial pendiente porque el Protocolo de Rio resolvió definitivamente el asunto. Finalmente, ha contribuido a que se pierda la primera batalla una imagen internacional de Alberto Fujimori, que no es de simpatía".
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